sábado, 6 de marzo de 2010

EL PADRE, LAS PELÍCULAS Y ESTADOS UNIDOS

Hoy he vuelto a ver “Wall Street” de Oliver Stone, y otra vez la narración está estructurada por el conflicto entre el padre bueno (Martin Sheen) y el padre malo (Michael Douglas) ante los que el hijo tiene que elegir. Como siempre –al menos en las películas de serie A- gana el padre bueno. Se trata de un tipo de trama ritual, que quiere asegurar la eficacia de la paternidad –cuya presencia no está puesta en duda. La catarsis asegura la evacuación de las dudas sobre la paternidad misma. La paternidad buena es una rigurosa benevolencia que asegura la inserción ética del hijo en la sociedad. Lo que es insoportable es imaginar un hijo sin padre, porque entonces, como diría Artaud, sería hijo de sí mismo: lo más parecido a un hombre libre. Por esta razón los americanos no han realizados apenas películas sobre su propria revolución. Los padres fundadores, precisamente por ser fundadores, no tuvieron padres.

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