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jueves, 30 de noviembre de 2017
jueves, 18 de mayo de 2017
NUEVOS TERRITORIOS, NUEVAS POLÍTICAS
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lunes, 9 de julio de 2012
CUESTIÓN DE FORMA
Hay sin duda una mímesis de lo creativo en la disposición formal magmática o fragmentaria. Sin embargo, aunque la forma en este caso funciona como no sólo como mímesis sino incluso como metáfora del "estado creativo" en general, su eficacia simbólica tiende a menguar. Tienden a ser formas poco "memorables" y a remitir, demasiado a menudo, a lo ya existente - como repertorio de formas, como citas, etc.
Las formas más acabadas se suelen leer como mímesis de lo cerrado y símbolo incluso de una cierta exclusión.
Sin embargo, si ampliamos el campo de observación, podemos considerar que cada pieza singular no es más que un fragmento del conjunto de la producción cultural. En ese sentido su problema no es tanto el de reproducir lo fragmentario y magmático de la experiencia cuanto de asegurar la legibilidad, la eficacia simbólica y la capacidad de ser recordada de cada pieza, para que se inserte en la compleja articulación de la cultura - que es siempre una "creación colectiva".lunes, 6 de agosto de 2007
Media memoria
En sus “Seis propuestas para el próximo milenio”, Italo Calvino pone entre las cualidades necesarias de la obra literaria o artística actual, la de ser “memorable”, la de poder ser recordada. Y él mismo relaciona la dificultad del recuerdo con el actual panorama mediático. Las enormes cantidades de imágenes y sonidos que se abaten sobre nuestros sentidos día tras día, parecen llevarse todo lo que ya hemos visto y oído –y todo lo que podríamos imaginar-, como las olas arrastran de nuevo al mar las conchas vacías.
Recordar es lo que nos permite decir quiénes somos. No recordar nos entrega a lo peor, como el personaje del joven misterioso, en la película "The cure" de Kiyoshi Kurosawa, incapaz de recordar lo que acaba de hacer y decir, y en cuya cercanía todas las personas cometen los crímenes más horrendos.
Recordar es sobretodo una cuestión formal. Podemos recordar algo esencialmente porque se presenta a nuestros sentidos de una manera diferente de cualquier otra cosa. De ahí que muchos de los grandes directores que se han ocupado de dar entidad a los contenidos de sus películas hayan sido grandes inventores de formas: Einsentein, Dovjenko, Dreyer, Fellini, Godard. Pasolini se definía a sí mismo “bestia da stile”. Y todos los preceptos de Dogma y las siguientes declaraciones de “limitación” y de “prescripción arbitraria de reglas”, que enunció y sigue enunciando Lars von Trier, -el Manifiesto Dogma, las reglas de "Cinco condiciones", la automatización de la cámara en "El jefe de todo esto"- se pueden ver como un intento de crear una forma “memorable”.
En el cine de género hay una figura que expresa el temor a que alguien “no recuerde” absolutamente nada: el zombi. Lo que le define no es que está muerto –podría ser un fantasma- sino que no “reconoce” a –no se acuerda de- nadie y come por igual a la familia y a los vecinos. Ya en la clásica película de George A. Romero, "La noche de los muertos vivientes", la prensa de entonces detectó una voluntad crítica hacia la sociedad consumista –consumir es un aspecto del comer, la voracidad desmemoriada es lo que caracteriza a los zombis. La capacidad de recordar nos hace sentir vivos y libres.
Recordar es lo que nos permite decir quiénes somos. No recordar nos entrega a lo peor, como el personaje del joven misterioso, en la película "The cure" de Kiyoshi Kurosawa, incapaz de recordar lo que acaba de hacer y decir, y en cuya cercanía todas las personas cometen los crímenes más horrendos.
Recordar es sobretodo una cuestión formal. Podemos recordar algo esencialmente porque se presenta a nuestros sentidos de una manera diferente de cualquier otra cosa. De ahí que muchos de los grandes directores que se han ocupado de dar entidad a los contenidos de sus películas hayan sido grandes inventores de formas: Einsentein, Dovjenko, Dreyer, Fellini, Godard. Pasolini se definía a sí mismo “bestia da stile”. Y todos los preceptos de Dogma y las siguientes declaraciones de “limitación” y de “prescripción arbitraria de reglas”, que enunció y sigue enunciando Lars von Trier, -el Manifiesto Dogma, las reglas de "Cinco condiciones", la automatización de la cámara en "El jefe de todo esto"- se pueden ver como un intento de crear una forma “memorable”.
En el cine de género hay una figura que expresa el temor a que alguien “no recuerde” absolutamente nada: el zombi. Lo que le define no es que está muerto –podría ser un fantasma- sino que no “reconoce” a –no se acuerda de- nadie y come por igual a la familia y a los vecinos. Ya en la clásica película de George A. Romero, "La noche de los muertos vivientes", la prensa de entonces detectó una voluntad crítica hacia la sociedad consumista –consumir es un aspecto del comer, la voracidad desmemoriada es lo que caracteriza a los zombis. La capacidad de recordar nos hace sentir vivos y libres.
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