martes, 25 de octubre de 2011

domingo, 10 de julio de 2011

DESEO DE REALIDAD

Nuestra experiencia vital se ha ido alejando de todos los momentos fuertes a los que se tenían que encarar las personas hasta la mistad del siglo XX: no sólo el hambre, sino la enfermedad, la muerte relativamente cercana en muchas ocasiones, la pobreza sobrevenida por fenómenos naturales o guerras. La clase media mundial ha conseguido establecer un patrón de vida con pocos sobresaltos y muchas seguridades. Al alejar la mayor parte de los riesgos del horizonte vital, se han desarrollado, en contrapartida, insistentes deseos de "autenticidad", de "novedad" y de "sensaciones fuertes". Deseos que naturalmente no quieren cumplirse de verdad - no sería difícil conseguirlo, al menos en ciertos aspectos, bastaría con integrarse a los pobres del mundo. Estos deseos encuentran su respuesta natural en la vida simbólica. En el cine, por ejemplo, se multiplica la violencia, las catástrofes, las escenas eróticas. Es muy común que la aparición de una escena particularmente brutal en una película se justifique como una necesidad de acercarse a la realidad, de decir una supuesta "verdad". En efecto se está apuntando a una realidad, pero no a "la" realidad entendida como lo que está allá fuera, separado de nosotros. Lo que las escenas de violencia o de sexo apuntan es a la realidad del fanstasma, a la realidad del deseo de realidad. Las escenas "fuertes" de nuestras películas, de nuestros libros y de nuestras representaciones en general, apoyadas en el discurso que las legitima como "realidades" son finalmente el regulador que permite una vida sin sobresaltos. El deseo de realidad encuentra un atajo y una coartada representándose a sí mismo como "la" realidad en un acto de astuto narcisismo. Queda así satisfecho el deseo de realidad y, a la vez, se desvía la mirada de "la" realidad.

viernes, 15 de abril de 2011

viernes, 8 de abril de 2011

HISTORIA Y COSIFICACIÓN

La burguesía inaugura un mundo radicalmente inestable, donde la cosificación conlleva una obsolescencia generalizada. En este mundo está incluida la burguesía misma. A partir de entonces la pregunta por la historia intenta salvar el sentido de la existencia de individuos y cosas - que ya no consigue afirmarse en sí misma.

El individuo burgués - ahora ya lo somos todos - cosificado y votado a la nada está herido en su amor propio y necesita la historia - una historia íntima, personal - para suturar su existencia.

La Historia y las historias literarias y cinematográficas, son nuestro paraíso - no son de esta tierra -. Nos consuelan porque en ellas el tiempo, en vez de ser la puerta hacia la nada, parece tener sentido y consecuencia.

martes, 15 de marzo de 2011

PELÍCULAS Y VIDEOINSTALACIONES

Una película es un tejido de elementos narrativos, visuales, sonoros. Mejor todavía una sinfonía ya que hay una dimensión temporal con ritmos entrelazados de cada dimensión en juego. Respecto de mis películas mis videoinstalaciones suponen la definición de los motivos - que pueden también ser ritmos entrelazados locales -. La tarea de la videoinstalación es la exploración del tiempo vertical, el tiempo del origen. Un tiempo que luego se integra en la película con los elementos que lo arrastran en el tiempo orizontal - el que va del comienzo al final de la película. La videoinstalación es un loop por definición: vuelve y vuelve como el origen. La película, en cambio, está abierta al tiempo que la atraviesa. Acoplar película y videoinstalación, permite, pragmaticamente hacer un estudio previo del origen de las escenas clave, pero permite, sobretodo, evitar de encargar la película misma de bucear en el origen y generar así unas stasis en el fluir del tiempo orizontal. Al estar conectadas las dos prácticas, las imágenes pueden desplegarse sin limitaciones en la cultura que las genera y a la vez las acoge.
Se trata, además, de prácticas post-consumistas, en tanto que tienen en cuenta la circulación actual de las imágenes audiovisuales, su diseminación y su atomización - es el caso de los merchandising y los videojuegos derivados de las películas -. El intento aquí es generar directamente un mundo de imágenes audiovisuales, cuyos diferentes avatares tengan sentidos complementarios.

domingo, 13 de febrero de 2011

CINE Y METALENGUAJE

El material fílmico parece haber entrado en un estado metalinguistico generalizado. Si antes ciertos juegos de citas y guiños tanto narrativos como formales parecían reservados a las películas más personales - Godard, por ejemplo -, ahora encontramos procedimientos metalingüisticos en las películas comerciales. Es el caso de Nolan, desde Memento, de Aronosky y de Tarantino. Pero también de mucho cine oriental: los thrillers de Hong Kong, las películas épicas de Zhang Yimou. En publico parece haberse adueñado ya de los resortes narrativos del cine "clásico" -montaje invisible e identificación con los personajes- y está dispuesto a jugar con ello. Lo interesante de la situación es que se abre así la puerta a una profunda renovación del lenguaje audiovisual. Toda innovación es posible - eso sí, dentro de lo espectacular.